Habitamos un espacio protegido increíblemente delicado: La Albufera de valencia. ¿Y por qué es tan delicado?

Primero, por la presión humana. La Albufera es un área natural cercana a una zona urbana densamente poblada, como Valencia. La presión humana ejerce una gran influencia sobre el ecosistema.

El crecimiento urbano ha llevado a la pérdida y fragmentación del hábitat natural circundante, lo que puede resultar en la degradación de los recursos hídricos y la pérdida de biodiversidad. La expansión de la infraestructura y la urbanización también pueden afectar el ciclo hidrológico natural de la Albufera, lo que conlleva problemas como la escasez de agua y la inundación de áreas sensibles.

Aunque la agricultura es una actividad económica fundamental en la región, debe realizarse de forma responsable -por ejemplo, con el uso de fertilizantes- para no causar perjuicio sobre el agua, la flora y fauna acuáticas.

El cambio climático presenta una amenaza adicional al ecosistema de la Albufera. Las alteraciones en los patrones de precipitación, las temperaturas extremas y el aumento del nivel del mar pueden tener consecuencias negativas para la biodiversidad, el equilibrio hídrico y la calidad del agua.

Y finalmente, el turismo. La Albufera es un destino turístico popular, lo que puede aumentar la presión sobre el ecosistema debido a la construcción de infraestructuras turísticas, la generación de residuos y la perturbación de la fauna silvestre.

Por eso, desde el Club de Producto Port de Catarroja promovemos un uso responsable del espacio, con un control tanto del número de visitantes como del comportamiento en el parque natural. Nuestra misión es conservar el espacio, promover un turismo responsable y ecológico en la medida de lo posible. Porque además de nuestro espacio de trabajo, también es nuestro hogar.